¿Para cuándo la reforma constitucional del PP?

Parece que queda mucho, pero mayo del 2007 está como quien dice a la vuelta de la esquina, y la realidad es que quedan únicamente ocho meses para la cita electoral de las municipales y las autonómicas. Y después, casi sin transición, las generales diez meses después, en marzo del 2008.

Conocedor de ello Mariano Rajoy parece que tomó la decisión de ir calentando los motores electorales del Partido Popular. Y ya que Zapatero y los socialistas poco a poco han ido arrinconando la tan anunciada por ellos iniciativa de reforma constitucional, Rajoy y el PP tomaron antes del verano la iniciativa en este asunto, anunciando que para después del verano propondrían una reforma constitucional que fije claramente las competencias del Estado; debería ser una proposición, añado yo, que iría en la línea de lo apuntado por el Consejo de Estado, informe que fue el propio Zapatero quien lo solicitó en su día.

Personalmente estoy a la espera de ver en concreto que es lo que propone el PP, pero el anuncio no dejó de ser ilusionante, por varias razones. Por un lado, porque los populares seguían asumiendo activamente el papel de defensores de España; por otra parte, el PP pasa a la ofensiva, con propuestas escritas, que es lo que hay que hacer; también tendríamos encima de la mesa otro tema que, en el buen sentido, opacaría en algo el asunto de la "tregua", que ya está bien de que toda la actualidad política española quede marcada por las decisiones de una pandilla de asesinos; igualmente veremos la reacción de los socialistas ante la propuesta, lo que los retratará claramente ante la ciudadanía; y finalmente, colocará al PP en una situación de ventaja, al menos teórica, ante los electores, ya que su propuesta creo que es apoyada por la mayoría de los votantes.

Sigo pensando, como escribí hace tiempo, que Rajoy es un político muy inteligente, y que lejos de dejarse llevar por el visceralismo que algunos le aconsejaban, está sabiendo manejar perfectamente los tiempos electorales. Tiempos electorales que son, para bien o para mal, verdaderamente apasionantes.

Solamente espero que aquel anuncio de Mariano Rajoy se transforme pronto en una realidad, y que la cosa no se quede meramente en fuegos de artificio. España va necesitando cada vez más propuestas serias en las que creer, y por medio de las que seguir siendo España.