martes, 8 de abril de 2008

Dolor y esperanza

Leer esto me produjo dolor:

Se creará un órgano institucional común entre el País Vasco y Navarra. Se modificarán los estatutos de ambas comunidades, de modo que los dos corpus legislativos cedan competencias, acordadas previamente, a la institución común de las dos autonomías. Y se creará una comisión interparlamentaria, compuesta por un número paritario de representantes cedidos por ambos parlamentos autonómicos, con el fin de administrar y gestionar los contenidos estatutarios asumidos.

El órgano institucional común tendrá capacidad ejecutiva y de propuesta legislativa. Todo ello, siempre y cuando así lo decidan los ciudadanos vascos y navarros. Respecto al País Vasco francés, el asunto deberá quedar resuelto con la creación de una 'eurorregión'.

Ésta fue la oferta que hizo el Gobierno a Batasuna–ETA en la mesa doble que se creó en Ginebra en mayo de 2007, meses después del atentado de la T-4.


Dolor porque, aunque era algo sabido, es duro leer las muy concretas propuestas políticas que les ofreció el Gobierno de la Nación a una pandilla de asesinos.

Dolor porque, una vez más, queda constancia de que el Presidente del Gobierno mintió descaradamente a los ciudadanos españoles. En un país democráticamente normal (España no lo es ya) eso debería servir para que el Presidente dimitiera. Pero en España no solamente no dimitirá, sino que renovará su cargo, porque los españoles así lo han querido, ignorando esta ignominia, que ya era conocida antes de las elecciones.

Dolor porque con esto los terroristas saben que eso es el mínimo que el Gobierno les ofrecerá en la próxima negociación, y que a partir de ahí dependerá de la presión que puedan meter, es decir, los muertos que puedan asesinar.

Pero bueno, hay que seguir. Y también he leído que los socialistas dan por derogado el acuerdo del Congreso sobre la negociación con ETA, que dicen que no hay ninguna posibilidad de negociar con ETA, y que tienen la intención de buscar un acuerdo con el PP y con los demás para luchar juntos contra el terrorismo.

Quiero creer que es posible que el Presidente del Gobierno haya aprendido la lección de que no se puede negociar con la banda asesina, porque, independientemente de lo que miserablemente se les ofrezca, no se conformarán con nada que no sea la independencia. Quiero creer que por ello tal vez dedique todas sus energías a luchar contra el terrorismo de verdad. Quiero creerlo, necesito creerlo. La esperanza es lo último que se pierde.

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