viernes, 7 de agosto de 2015

Vamos a añorar a Zapatero


Este texto me vino a la mente cuando vi la extraordinaria tira del genial Salas que precede a estas palabras. José Luis Rodríguez Zapatero, claramente el peor Presidente de Gobierno de la democracia, en unos pocos años (puede que meses) dejará de serlo. Pedro Sánchez le sustituirá en ese dudoso honor. Sánchez siempre me ha parecido un político completamente relativista (aún más que Zapatero), sin ninguna convicción (menos aún que Zapatero), sin la menor idea de España (aún peor que Zapatero) y completamente dado a palabras grandilocuentes que en el fondo no dicen nada (más incluso que Zapatero).

Y, si las encuestas no se equivocan, Pedro Sánchez llegará a La Moncloa con apoyo de extremistas mayores a los que tuvo Zapatero. Podemos (neocomunistas imprevisibles) y nacionalistas extremos (separatistas declarados ya) serán sus pésimos compañeros de viaje gubernamentales.

Sí, Zapatero fue un mal Presidente, muy malo, malísimo. Pero me temo que acabará siendo bueno (puede que incluso muy bueno o buenísimo) al lado de Pedro Sánchez. Y, como digo tantas veces, quiero equivocarme.

4 comentarios:

  1. Yo también quiero equivocarme. Aunque últimamente se me da muy bien el ejercer de profeta...
    Un saludo,
    Armando Salas

    ResponderEliminar
  2. Muchas gracias, Armando Salas, por tu comentario. Y sí, sería bueno que nos equivocáramos.... aunque mucho me temo que va a ser que no. Otro saludo muy cordial.

    ResponderEliminar
  3. Esto es como el que siembra grama y luego se extraña de que sea imposible arrancarla. Estos lodos proceden de los polvos de Zapatero; su guerracivilismo, su memoria histérica, su absoluta incapacidad para hacer nada bueno unida a su portentosa habilidad para el mal: "el bien lo hizo mal, pero el mal lo hizo bien".

    A largo plazo, esta envenenada herencia ideológica va a ser más perjudicial que su desastrosa herencia económica.

    ResponderEliminar
  4. Pues sí, espectador, mucho me temo que tienes toda la razón. Porque el problema es que la herencia económica, por desastrosa que fuera /que lo fue), tiene solución, aunque sea poco a poco y a costa de mucho sufrimiento. Pero la herencia ideológica me temo que no va a tener solución (como estamos viendo, por ejemplo, con el caso del aborto y, aún mucho más claramente, con el caso del matrimonio entre parejas del mismo sexo). Saludos.

    ResponderEliminar

Después de siete días de la publicación de un artículo todos los comentarios necesitan aprobación.